Pueden ser buenos o malos, pueden hacerte reír o llorar, aplaudir por dentro o hacerte sentir la persona más ridícula del mundo.
Pueden recordarte buenos tiempos, o pueden hacer que no sigas hacia delante.
Con ellos podrás disfrutar, podrás soñar o darle gracias al mundo por tu gran suerte de poder tenerlos.
Cada día doy gracias por el simple y mero hecho de poder tener recuerdos.
Por que aunque el pasado no sea como yo hubiese querido, al fin y al cabo sigue siendo parte de mí.
Y quizás el día en el que olvide todo y no sepa ni mi nombre, quizás quiera morir.
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